Hola amigos:
Ya sé que hemos olvidado las navidades, pero con esta receta vamos a recordar tiempos no tan lejanos.
Ante todo, he de advertir que se trata de una variante personal de la tradicional receta, tratándose por tanto de un acercamiento al apasionante y dificil mundo del Roscón.
Ya sé que hemos olvidado las navidades, pero con esta receta vamos a recordar tiempos no tan lejanos.
Ante todo, he de advertir que se trata de una variante personal de la tradicional receta, tratándose por tanto de un acercamiento al apasionante y dificil mundo del Roscón.
250 gramos de harina de fuerza
250 gramos de harina integral
25 gramos de levadura prensada
150 gramos de mantequilla
125 gramos de azúcar
2 huevos
35 gramos de pasas hidratadas al ron
2 cucharadas de agua de azahar
1 cucharada de ron
ralladura de naranja
Para decorar:
1 huevo
azucar
avellana machacada en granillo.
1 huevo
azucar
avellana machacada en granillo.
En esta variante, no he empleado el método tradicional de fermentación separada en dos bolas.
Primeramente mezclamos la levadura con agua tibia y azucar, para iniciar la fermentación.
Por otro lado, ponemos los ingredientes secos en el bol, es decir, las harinas, el azucar y la ralladura de naranja y mezclamos bien.
Luego, añadimos la mantequilla empomada (semiderretida), los huevos, el agua de azahar, el ron y mezclamos bien. Cuando haya subido la levadura prensada, la añadimos, mezclamos y procedemos a amasarla en la mesa que habremos preparado al efecto.
La masa es muy pegajosa y húmeda, por lo que tendremos que ir añadiendo harina según vaya pidiendo. La bola debe ser suave y manejable, elástica y de un olor exquisito. Se amasa reiteradamente, hasta que la masa que bien homogénea y elástica. Cuando lleguemos a ese punto, le añadimos las pasas, amasamos un poco más y la ponemos a reposar tapada con un paño húmedo.
Como ya sabemos, debe doblar su volumen. Calculamos una dos horas, no hemos de tener prisa. No obstante, se p
Una vez doblado el volumen, vamos a proceder a darle un segundo amasado, en el cual nos aseguraremos de que expulse los gases de la primera fermentación. Con un suave amasado continuo de unos cinco minutos valdrá.
Dejamos una bola per
Este segundo levado debe tardar una hora aproximadamente, y podemos emplear la técnica anteriormente explicada. Nuevamente el roscón doblará su volumen.
Ponemos el horno a 200 grados, y mientras alcanza esa temperatura, batimos un huevo y utilizamos un pincel para embadurnar con el huevo la superficie superior del roscón. Eso le dará un atractivo color moreno al rico bollo, y permitirá que se adhieran sobre su superficie los trocitos de avellana (o almendra fileteada según la receta tradicional) y el azucar en granillo (un buen montón de azucar con unas gotas de agua y remover).
El tiempo de cocción es 15 minutos a 200 grados y otros 15 a 180 grados. El olor impregna la cocina y la casa entera, y la verdad, es una delicia.
Pasado el tiempo, lo pinchamos y está perfecto. No puedo resistirme y me preparo un cafeté bancha con un trozo estupendo.
¡Bon apetit!
¡Cómo te lo montas!
ResponderEliminarTiene muy buena pinta, no puedo olerlo pero lo imagino.
Sugerencia para próxima receta: Strudel.
El AppelStrudel sale bastante rico, pero es delicado de trabajar, y además hay que usar el rodillo.
ResponderEliminarNo obstante, me lo apunto porsiaca...
Damos fe del trozo que nos trajo Bea que ha salido riquisimo. Saludos,
ResponderEliminarLorena y Jorge